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Desde sus inicios en 1974, Aceros Vargas S.A. ha sido una historia de resiliencia, visión y esfuerzo familiar. Fundada por Mariano Vargas y su esposa Sara Pardo, la empresa nació del espíritu emprendedor y el sacrificio personal. Sara, una campeona de natación, y Mariano, un experto soldador formado en Don Bosco y con experiencia en soldadura subacuática en el Canal de Panamá, combinaron sus talentos y ahorros para crear un legado.
Mariano, con su profundo conocimiento adquirido en los talleres de soldadura de la Fuerza Aérea (USAF) durante la II Guerra Mundial y su posterior experiencia en Nueva York en busca de proveedores de acero de calidad, sembró las semillas de lo que Aceros Vargas sería capaz de ofrecer. A lo largo de los años, la empresa enfrentó numerosos desafíos, pero siempre con la familia unida y un equipo comprometido, superaron cada obstáculo, fortaleciendo su misión y visión.
El hito de la familia llegó cuando uno de sus hijos, después de estudiar metalurgia en la Universidad de Sao Paulo, Brasil, se convirtió en el primer ingeniero en metalurgia en Costa Rica, marcando el inicio de una nueva era para Aceros Vargas. La empresa evolucionó de ser simplemente un proveedor de aceros a ofrecer una gama completa de servicios, incluyendo asesoría técnica, corte y tratamientos térmicos ambientalmente responsables. Bajo la dirección de Roberto Vargas, quien se destacó como un referente mundial en metalurgia y tratamientos térmicos, Aceros Vargas no solo prosperó, sino que también contribuyó significativamente al conocimiento y la práctica de la metalurgia en escenarios internacionales.
Hoy, liderada por la tercera generación de la familia Vargas, Aceros Vargas se mantiene como la única empresa en el mercado costarricense que combina la venta de aceros especiales con servicios integrados de alta calidad. El legado de Mariano y Sara continúa con la misma dedicación a la excelencia y el compromiso con sus clientes y la industria en general.
Aceros Vargas es más que una empresa; es un testimonio del poder del esfuerzo conjunto, la visión a largo plazo y el compromiso familiar. Cada acero que sale de nuestras instalaciones lleva consigo una historia de pasión, dedicación y un inquebrantable espíritu de superación.